Este proyecto empezó cuando Pulse — amigos y aliados — nos invitaron a hacer parte de la campaña del Movimiento Rosa, desarrollando una aplicación móvil. La idea era hacer parte del diseño de una experiencia en tiempo real para los clientes de AutoMercado, con un carrito de compras como símbolo de la intención de la campaña, “llegar antes es estar a tiempo”. Con esto, buscábamos ofrecer al usuario información pertinente acerca de los productos y marcas que año tras año, aportan a la causa del movimiento.
Desde el principio, este proyecto nos permitió, no sólo trabajar con personas que admiramos y ser parte del movimiento rosa, sino que puso a prueba eso de lo que estamos hechos. Somos un equipo interdisciplinario, incansable y convencido de que la experimentación, la incertidumbre y el amor por lo que hacemos, son la fórmula perfecta para seguir creando e innovando.
Para desarrollar la versión del carrito rosa de este año, decidimos salir de nuestra zona de confort, y bajo la consigna de que “entender el problema en un nivel más complejo, lleva a desarrollos más complejos”, nos metimos de lleno en un camino lleno de retos y aprendizajes.
Decidimos apostarle a la experimentación con tecnologías híbridas e inteligencia artificial. No es poca cosa; pensar que para este proyecto podíamos ir más allá y jugar con redes neuronales para ofrecerle al usuario una experiencia aún más rica, era apenas el punto de partida. Pensar que con lo que hacemos estamos más cerca de entender el tejido de la realidad y cómo esto hace parte de vida cotidiana de las personas, es suficiente para seguir adelante.
La aplicación Carrito Rosa debía informarle al usuario acerca de la ubicación de los productos, en relación a su propia ubicación. Con la primera versión, entendimos el problema en términos de distancia, pero buscando una aproximación más orgánica y alineada con la experiencia del usuario, encontramos que era un asunto de ubicación. Esto hizo que las variables fueran interdependientes y relativas, es decir, estábamos frente a un problema mucho más complejo y por eso decidimos desarrollar un sistema que tuviera la capacidad de aprender del input que recibe del mundo externo, ni más ni menos, que un sistema basado en los principios de la inteligencia artificial.
Ahora bien, lo que nos permitió lograr una mejor perspectiva del proyecto y su lugar en la cotidianidad de las personas, fue poder interactuar con los clientes y staff en el AutoMercado. Desde acompañar a una señora que no sabía cómo funcionaba el carrito, y aprender con ella, hasta divertirnos haciendo las pruebas por los pasillos viendo a los niños preguntar ¿qué es eso? y poder responderles que es algo para jugar.
Al final, logramos lo que buscamos con cada proyecto, un reto que nos permite crear, aprender y divertirnos, y por qué no, una oportunidad para cambiar el mundo.
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